jueves, marzo 08, 2007

Por el mundo de los goles

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SIGUE LA AMARGURA EN EL REAL MADRID

Madrid.- A Fabio Capello no le quedó otra alternativa que llevarse las manos a la cabeza y encajar su prominente mentón en el pecho. La causa: le tocó a él recibir el gol más tempranero de la liga de campeones.

¡Y qué madrugador, a los 10 segundos! ¡Ni siquiera lo vio! Cuando el balón se puso en juego en el estadio Arena de Munich y él dio la espalda para dirigirse al banco, llegó a sus oídos la tromba que bajaba como remolino de las gradas alemanas y el grito de goooool.

Roberto Carlos fue el chivo expiatorio porque a él correspondió ese primer grave y costosísimo error que, a la postre, dejó al equipo merengue fuera de la Liga y absolutamente desencajado al club frente a un Bayern al que, en otras circunstancias, hubieran hecho talco.

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